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Hola, Soy Carmen. Actualmente, soy instructora de yoga y meditación. Ahora que me encuentro en este momento, nunca hubiera imaginado el camino que iba a recorrer para llegar hasta aquí. Lo que demuestra que lo único constante es el cambio y, por tanto, la evolución.

Cuando me encontraba a finales de 5º de medicina me di cuenta de que ese no era el camino. Fue algo que surgió de mi interior, justo tras un periodo de bastante serenidad y quietud mental, dentro de la exigencia que la carrera requería. Es decir, fue algo que «supe», sin que pasara por el filtro mental. Fue la primera conexión profunda conmigo misma, la primera vez que realimente me escuché, el primer golpe para mi despertar. Acabé la carrera y decidí dejarla, pero la ansiedad por trabajar, ganar dinero y la necesidad psicológica de «cerrar el ciclo» hicieron que volviera y realizara el MIR y la especialidad de Rehabilitación. A ello, también contribuyó el 2º golpecito que me dio el universo, me rompí el psoas derecho (también llamado el músculo del alma, ¿casualidad?) y, esto, me obligó a conectar mucho más con mi cuerpo. Sentí esa conexión inseparable entre cuerpo y mente, y como bloqueos emocionales se correlacionaban con bloqueos físicos y los físicos con emocionales

Durante 3 años estuve haciendo clases de conciencia corporal, y yendo a mi osteópata, mi mejor amiga Pilar. Sentí que volví a aprender a andar, a moverme, a bailar…Durante unos años estuve recuperándome de manera progresiva y aprendiendo a escuchar lo que me decía mi cuerpo, cuando realmente me decía que “no” y cuando me decía que “sí” sin que la ansiedad “me engañara”.

El tercer golpecito que terminó de transformar mi vida fue acabar con una relación. En ese momento, se me rompió el ego en mil pedazos, se me desmoronó el personaje y volví a mí. Volví a conectar conmigo y con la base de todo, la naturaleza, los animales, a sentirme conectada con la vida y la madre tierra. Sentí que durante un tiempo me había abandonado a mí misma y regresé a mí más yo que nunca. Sentí la libertad, aprendí a quererme, a ser independiente emocionalmente a darme yo a mí misma lo que necesitaba. Resurgió la fuerza dentro de mí (de ahí mi logo). Empecé a seguir muchos psicólogos en Youtube, y a interesarme cada vez más por mi crecimiento personal. Al indagar más en mí siempre llegaba a la misma conclusión, mi objetivo final era ser libre. La misión: ser feliz, el propósito: transmitir la luz, pero ¿cómo? ¿Qué herramientas podía utilizar?. Cuando cerré el ciclo y ya tenía mi título de médico rehabilitador, dejé mi trabajo para seguir investigando en mi propósito y formarme como profesora de yoga. Asimismo, seguí bailando e hice un máster en publicidad y un curso de marketing para terapeutas con el objetivo de clarificar y poder llegar a los demás y ayudarles también a conectar consigo mismos y a ser más libres utilizando las herramientas que más me han hecho bien a mí el yoga, la meditación y el baile.

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